Han sido días extraños. Días en los que me he ido encontrando conmigo misma entregándole valor a los pequeños detalles, aprendiendo a llenar los vacíos.
He funcionado como colador, dejando filtrar solo aquellas cosas que me no me hacen daño y que me satisfacen. Situaciones que he dejado pasar porque de lo contrario terminaría con la cabeza caliente, pero que tengo MUY presentes para que no me vuelvan a ocurrir. La idea es ir aprendiendo. E ir quedándose solo con aquellas cosas y personas que valen la pena. Aquellos incondicionales, a los que le importas. Son sumamente pocos, pero son únicos. A ellos, gracias.
Por mas que intento, no logro enfadarme. Es cierto que mando un par de puteadas de vez en cuando (en el momento)... pero no logro enojarme directamente. Solo me distancio. Qué va! por mas cosas que pasen, siempre quedo como la efusiva y la enojona ¬¬... tal vez es mi forma de hablar la que demuestra enojo :/ Y aunque lo fuera! creo que es lo normal, o no?
¡Estoy balbuceando!
Solo agrego que estando mas solitaria estos días, me he dado cuenta de cosas hermosas, y que no es necesario tener un cumulo de personas tras tuyo siendo que en realidad les importas un pepino.
Porque me he entregado completa a la desconfianza...es que quiero quedarme solo con quienes me quieren y que no me harán daño.
Agh! que melancólico mi post. No me gusta ensuciar mi blog con textos muy emotivos porque sino me voy a acostumbrar a descargar mis sentimientos por esta vía sin enfrentar lo real... bueno, a veces es necesario, ni yo me entiendo.
*Debe ser la música. Esperando noticias de The Last Guardian, me quedé escuchando orquestas del Shadow of the Colossus.
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